Tomado de: ¿Qué es un test de usabilidad?
Un test de usabilidad no es un focus group
El focus group (o grupo de discusión) es una técnica bastante
popular en el mundo del marketing para conocer de primera mano opiniones
e ideas de un grupo de personas sobre un producto, servicio o concepto.
El objetivo principal de un test de usabilidad no es conocer la
opinión de los usuarios, sino descubrir en qué grado una interfaz cumple
con un propósito determinado. Mientras el focus group consiste
básicamente en una discusión moderada, el test de usabilidad es una
observación de cómo interactúan los usuarios, preferentemente
representativos, con la interfaz.
Ambas técnicas son útiles dependiendo del objetivo, pero si queremos conocer si existen problemas al usar un producto, el focus group no es la técnica adecuada.
Un test de usabilidad no es un control de calidad
Un control de calidad es una actividad que se realiza al final de un
proceso para asegurar que lo producido cumple con una serie de
requisitos. En cadenas de montaje su uso es habitual: al finalizar una
etapa cada ítem es comprobado mediante varias pruebas y desechado si no
las pasa.
Existe un tipo de test de usabilidad, el test de verificación, que se
realiza en etapas finales del proceso de diseño y cuyo objetivo es
principalmente tomar métricas para compararlas con datos anteriores. Sin
embargo, el test más habitual y popular tiene por objetivo detectar
dificultades de usabilidad, por lo que no se debe realizar al final del
proceso, sino durante el mismo, facilitando así la corrección de
problemas antes que sea demasiado costoso.
Un test de usabilidad no es mejor que una evaluación heurística
Ni peor.
Una evaluación heurística consiste en la inspección de una interfaz
para determinar si ésta cumple o no con unos principios de usabilidad
reconocidos y aceptados por la comunidad.
En una evaluación heurística no intervienen usuarios, por lo que a
veces se considera un método “menor” de diseño centrando en el usuario
comparado con el test de usabilidad.
Por nuestra experiencia, una evaluación heurística es una técnica
barata, rápida y eficaz para detectar problemas. Puede ser válida por sí
sola, pero es especialmente útil si se hace previamente a un test de
usabilidad. Una vez conocidos los principales problemas, se pueden
resolver (o reconducir el test) para evitar que los usuarios queden
encallados en ellos y de esta forma obtener nuevos datos.
Un test de usabilidad no tiene por qué ser costoso
Siempre ha existido mucho debate sobre el “lujo” de hacer tests de
usabilidad. Se habla de que son costosos en tiempo, en dinero, en
recursos, etc.
Es cierto que el mero hecho de reclutar a participantes para un test
siempre será más costoso que no hacerlo, pero los requisitos para hacer
un buen test de usabilidad acostumbran a estar sobredimensionados.
Un test con nuestros vecinos, improvisado en unas horas y moderado y
analizado por alguien con poca experiencia nunca detectará tantos
problemas, ni recabará tanta información sobre los mismos, como un test
más profesional; pero lo cierto es que, como diría Steve Krug, hacer un
test de este tipo es mejor que no hacer ninguno.
Obviamente esto no descarta que la técnica se deba ejecutar
correctamente para evitar sacar conclusiones erróneas, lo que requiere
cierta preparación; pero esta mínima formación, accesible mediante cursos o libros, en ningún caso debería considerarse un lujo, sino una inversión de la que consideramos se sacará mucho partido.
Un test de usabilidad no es co-creación
La co-creación es un proceso de diseño que se basa en la estrecha
colaboración entre diseñadores y usuarios para definir conjuntamente un
producto o sistema.
El test de usabilidad es un método de investigación, no de diseño,
por lo que los usuarios no intervienen directamente en el proceso
creativo, que sigue quedando a manos del diseñador.
De nuevo, como en el caso del focus group, el proceso de
co-creación y la técnica del test de usabilidad son compatibles, pero en
ningún caso el objetivo de un test es que el usuario aporte soluciones
de diseño.
Un test de usabilidad no sustituye al diseñador
Se puede hablar largo y tendido sobre qué es un diseñador, pero
seguramente coincidiríamos al afirmar que uno de sus objetivos básicos
es la resolución de problemas mediante la definición y creación de un
objeto o sistema.
Un test de usabilidad es útil para detectar problemas, conocer cuándo
y dónde suceden y aportar también información sobre el porqué ocurren.
Por ejemplo, un test nos puede ayudar a descubrir que un usuario no sabe
cómo llegar a una sección de un sitio web, e incluso darnos pistas
sobre el motivo, sin embargo el test no aporta en sí mismo una solución,
sólo el diseñador será capaz de resolver ese problema para que no
vuelva a suceder.
Un test de usabilidad no es un freno a la innovación
En el caso que nos ocupa, la innovación consiste en introducir
novedades en interfaces que, simplificando, básicamente pueden ser
nuevos métodos de interacción o nuevas formas de presentar datos o
estados del sistema.
Insistimos: el test de usabilidad no es una técnica de diseño, por lo
que su única responsabilidad es probar si las novedades introducidas
cumplen, o no, ciertos criterios de usabilidad y ayudarnos a detectar
las razones de ello.
Es cierto que, por definición, un usuario nunca va a estar
familiarizado con una novedad que se introduzca en una interfaz, por lo
que habrá un proceso de aprendizaje y un test de usabilidad lo
detectará; pero esto no significa que la novedad “no pase” el test.
Quizás tiene un impacto negativo en el aprendizaje, pero hace más
eficiente el uso continuado de una aplicación; o quizás el aprendizaje
es lento y el uso menos eficaz, pero se consigue minimizar el número de
errores.
En cualquier caso el test no es un juez, no dice “¡adelante!” o
“¡alto!”: sólo aporta información sobre la usabilidad de la interfaz. Y
la información nunca debería ser un freno.
7 señales que indican que tu Intranet tiene problemillas de usabilidad
- Los empleados tienen en su mesa de trabajo varias páginas de la Intranet impresas. Al preguntar por ellas afirman que “tenían miedo de no volver a encontrarlas”.
- Según las estadísticas, lo más buscado en la Intranet es la letra “a”. Al investigar descubres que los usuarios teclean una “a” en el buscador, pulsan “Buscar” y ordenan los resultados por fecha para consultar las últimas novedades.
- Al preguntar a un usuario sobre una gestión a través de la Intranet empieza su respuesta diciendo “nos obligan a…”.
- En una entrevista un empleado comenta que él no puede entrar a la Intranet ya que usa Mac. Otro responde que sí entra, pero sólo una vez al mes para consultar el tablón de anuncios y ver qué vende la gente.
- Los usuarios comentan que “no te puedes fiar” de la Intranet. “Nunca sabes cuando algo se actualizó por última vez”.
- Preguntas a un usuario dónde buscaría un cierto contenido y responde: “ni idea, no sé qué departamento lo lleva”.
- Al pedir a un empleado que busque un número en el listín de la Intranet, observas atónito cómo abre un cajón y te muestra el listado impreso de los teléfonos de la empresa.
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